Las ventajas de la lámina galvanizada se basan en su durabilidad, gracias a que el zinc en su superficie puede ser muy valioso, debido a que resiste la corrosión y no la resiente durante mucho tiempo, pues su desgaste es lento y se estima que incluso en un ambiente adverso, el galvanizado de la lámina dure alrededor de 10 años. El zinc se adhiere a la lámina de acero mediante un proceso de electrólisis, e incluso se puede mejorar añadiendo otro elemento metálico junto al zinc, lo que hace incluso más fuerte a este acabado, pero, por solo contener zinc, el galvanizado resulta económico y efectivo.

Los usos de la lámina galvanizada se especializan en un uso práctico en sitios, principalmente como cubiertas en varios lugares. Los sitios que manejan lámina zintro se encuentran en lugares que tienen índices altos de desgaste, ya sea como corrosión o la oxidación de componentes de acero. El galvanizado evita que estos dos procesos se aceleran, por lo que un lugar puede verse protegido por el acero con zinc, con lo que un área determinada de un edificio, sea un techo o un muro, puede proteger de manera más efectiva.

Los sitios que más suelen aplicar lámina galvanizada son almacenes o recintos que tengan un diseño de nave industrial. De igual forma se le puede encontrar en espacios dedicados a la manufactura de productos, dado que las láminas lisa y en rollo suelen ser usadas para estos fines, formando parte de los procesos para fabricar piezas o elementos que sean galvanizados y no necesariamente tengan forma de lámina.